lunes, diciembre 10, 2007

La clave es la analogía...

Tres golpes secos en la puerta.

– Adelante.

La voz provenía desde una confortable butaca en el centro del armoniosamente asimétrico estudio. Era esta una habitación discreta y acogedora, amoblada con hermosas piezas de roble. Un melancólico fuego crepitaba en el hogar.

Quien había hablado era un hombre agobiado, su rostro apasionado mostraba las señales que sólo pueden dejar años de intensa preocupación. Respondía al nombre de mister Parker.

La puerta se abrió, dando paso a un hombre menudo, de andar inseguro y mirada febril. El otro abandonó su lectura, y apoyó Las manzanas doradas del sol en su escritorio. Vaya, ¡cómo entendía a Travis! Con un gesto, le ofreció asiento a su visitante.

– Ya no puedo continuar así, Lester – fue lo primero que dijo cuando el otro hombre se hubo sentado. Este lo miró con desconcierto.

– ¿A qué te refieres?

– Lo sabes perfectamente, tu estúpido error me arruinó la vida – los ojos de Parker brillaron aún más apasionadamente.

–Oh, no, ¿otra vez eso?- pregunto con un bufido mister Lester –Ya te dije infinidad de veces que no podía prever lo que pasaría.

– ¡Pero deberías haberlo hecho! – explotó Parker. – ¡Lo he perdido todo por tu culpa!

– ¡No podía saberlo! – replicó el otro, también acaloradamente.

– Vamos, lo había dejado muy en claro – Parker se había calmado, y hablaba ahora con resignación.

– ¡No era más que una hipótesis! ¡Tu mismo aclaraste que no lo sabías a ciencia cierta! – Ahora era mister Lester quien había perdido el dominio de sí.

– Pero era lo suficientemente catastrófica como para que pensaras en sus consecuencias… – Parker suspiró – Ahora, lo terminé de perder todo… ya no me queda nada…

Lester logró calmarse a su vez, y mirando a su interlocutor, le preguntó:

– ¿Qué caso tiene mantener esta charla una vez más? No puedo volver el tiempo atrás, y ya te he dicho infinidad de veces que lo sentía. Insistir en el tema no nos ayudará en nada.

– Ignorarlo tampoco. – fue la respuesta lacónica. – Y tus disculpas no me sirven de nada.

– Esta conversación no tiene sentido – sentenció mister Lester, haciendo ademán de retirarse.

– ¡Necio! Sí lo tiene. ¿No te has enterado? Ayer he perdido lo único, de todo lo que alguna vez me importó, que tu error todavía no había destruido.

– Oh, no… ¿no querrás decir que…? – El rostro de Lester se había deformado por el horror.

– Sí, eso quiero decir – lo interrumpió Parker. – Sigo pagando las consecuencias de tu estupidez. Ya no tengo nada, absolutamente nada.

Al decir esto, abrió con parsimonia el cajón, y sacó un arma.

– Parker ¿Qué rayos…?

– ¿Es qué no entiendes que así no puede seguir? La vida para mi ya no tiene sentido… debo hacer lo que hasta ahora no tuve el valor de hacer.

– Parker… diablos, ¡tranquilízate, hombre! No hagas ninguna locura

– ¿Locura? Locura fue haber creído que podría rehacer mi vida. Mi esperanza fue mi locura.

– ¡Aún puedes rehacer tu vida!

Parker rió, y el otro no pudo evitar estremecerse. No era una risa cuerda.

– ¿Rehacer mi vida? Más bien debería haber terminado esta tortura el mismo día en que comenzó. Pero fui lo bastante idiota para que creer que vendrían tiempos mejores, lo bastante idiota para olvidar que el tiempo potenciaría las consecuencias. – Parker quitó el seguro del arma.

– Siempre has sido un hombre fuerte, puedes soportar el dolor. ¡Esto no tiene porque terminar así! – Lester hablaba apresuradamente, con desesperación.

– ¡No puedo vivir pensando que no tuve el coraje de hacer lo que debía! Este es el final Lester.

– No, Parker, ¡NO!

Afuera, la tormenta inminente oscurecía el cielo.
Adentro, el ruido de un trueno.


Les propongo un ejercicio de intertextualidad para interpretar este cuento. Primero, leanlo (cosa que supongo habrán hecho, a menos que estén bastante bastante perdidos), piensen en el final. Después, lean "el ruido de un trueno", de Ray Bradbury (http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/bradbury/ruido.htm) y voila! si piensan, interpretarán (esta vez si) correctamente el final de mi historia.

Ah, piedad, no revise demasiado el cuento, puede estar un tanto flojo... pero me duele la cabeza, lo revisaré después.

6 comentarios:

Facu dijo...

mañana leo

Facu dijo...

a ver...

me psaron varias cosas a lo largo del cuento.

Primero los nombres. Por ser una historia aislada, osea no tiene un contexto definido, no se hasta que punto se justifica, o por lo menos me gusta, que se llamen Travis y Parker. El cuento esta escrito en español, por alguien que vive en argentina, asi que me suena como forzado, no se, la historia no cambiaria se se llamaran pablo y raul. Despues lei un poquito de lo de Bradbury y supongo que de ahi vienen los nombres...

Tambien sentí un par de veces como que se forsaba el castellano por esa necesidad de no serlo:

"Parker… diablos, ¡tranquilízate, hombre! No hagas ninguna locura"

Esas frases asi me suenan como a pelicula en neutro y como que causan ruido sin ser ese el obejtivo.

Tanto esto como lo de los nombres son cosas que a mi me incomodaron. Es verdad, yo soy alguien a quien le gusta muchisimo la literatura latinoamerica latianomericanista jejeje, creo que si algo lo podemos decir desde lo que vemos a diario se entiende muchisimo mas.
Vos podes elegir escribir como si hubieras sido traducido por un mexicano queriendo parecer un escritor ingles y esta bien, todos tenemos cosas que sacamos de otro, a mi no es lo que mas me gusta, pero si vos te sentis comodo haciendolo, HAGALO!

Para que no suene todo como que me parecio una mierda (cosa que no es real) la historia me gustó, me parecio interesante. No lei lo de Bradbury, solo el final... Espero que la historia sea diferente! jejeje

me gusto esa idea de que nunca se diga lo que realmente paso, que el lector se haga la cabeza pensando ¿que le habra hecho este tipo? yo creo que podes trabajar mucho ese campo, y relajar tu escritura.


un abrazo!

Facu dijo...

ahh me olvidaba: Me encanto el final. Seco, pero refinadisimo!

De esto era de lo que hablaba cuando te criticaba el del pibe que a la novia la partia un rayo...

Ignacio dijo...

Te contesto por partes, quiero hacer un par de aclaraciones.
Primero, lamento ver que no le prestaste demasiada atención jaja los personajes son Parker y Lester, Travis es parte del juego de intertextualidad (juego que es la clave de mi cuento).
Que la persona que lo escriba lo haga en Argentina, no quiere decir que decida situarlo ahí. La historia SI cambiaría si se llamaran Pablo y Raúl.

Lamento decirte que no comparto tu gusto por la literatura latinoamericana (a mi dame literatura inglesa! jaja).
No esta en mis planes escribir con argentinismos. De la misma manera que te disgusta el "español neutro", a mi me choca demasiado leer un "che" cada dos palabras. Los autores que se creen más argentinos por escribir así no cuentan con mi beneplácito.

El final dice claramente que pasó... si tan solo me hubieses hecho caso! Hay que leer a Bradbury, y ahí queda muy claro.
La clave es la analogía, lo dice el título!
Precisamente lo único interesante del cuento es como el final tiene interpretaciones diametralmente opuestas conforme a si leíste "el ruido de un trueno" o no.

Che, espero verte hoy! Con esto de no verte los viernes, te estoy viendo re poco!
Un abrazo!

Facu dijo...

jajaja te re cagueeee porque lo interprete biennn sin haber leido el de Bradbury!!!! jajajaja todo bien, estas son las cosas que espero de este circulo!



RABIA LITERARIA!


otro abrazo...

Franchi dijo...

Muy bueno!!! Y muy bien logrado el efecto!