jueves, diciembre 27, 2007

Poesía dada (o gaga, más bien)

Quería dejar algo en serio antes de irme, pero veo que no llego. Así que les dejo un par de... ehmmm... no se... me resisto a llamar "poesía" a esto... conjunto de palabras, más bien...
En fin, las hicimos con Franchi una noche que estabamos al (al, no en) pedo, y con ganas de escribir (te acordas? la vez que inventamos el cantar de gesta del guerrero africano que por cierto nunca escribimos)
Ibamos tirando una palabra cada uno, y asi quedo (Franchi me recuerda que esta técnica se llama "cadaver exquisito"):




El extravagante parto fonoaudiológico
consiste en introducir
frases carentes de potus
vorazmente hipodérmicas
en el ojal.

Inducidos ante los platanos mutantes,
recubiertos chocolateramente,
los australopitecus decidieron succionar
entonando acalorados
rockanrolles ovíparos.


Como diría el estimado licenciado: "Sí. Muy poético"

viernes, diciembre 21, 2007

Las Plazas




La partida se ve difícil. Pensaran que soy fanático del ajedrez, pero es solo un gusto que me doy ante tan excelente juego. Mi ejercito negro se ve muy disminuido: Rey, un alfil, algunos peones, una torre y la reina. No, ya no. Mi desconocido rival acribillo a mi soberana. Uno va a las plazas y juega con cualquiera que este libre, esto hace que hoy te enfrentes con tu primo, un perfecto nadie, casi dueño de una verdulería, que encuentra en el juego su única escapatoria de una condenable rutina diaria, con hijos, mujer, perro un auto, que pasa mas tiempo roto que andando. O quizás te encuentres intentando fracturar una inexplicable defensa armada por el campeón metropolitano o hasta quizá el sudamericano, si es que pasa por acá y no le molesta limpiar un poco los grises bancos de cemento llenos de excremento de paloma. Pero yo se que este hombre no era campeón de nada, por lo menos no de ajedrez. Uno, aunque no conozca a todos, siempre algo se entera. El tenia una forma muy refinada de jugar. Desde el momento en que ordenaba las piezas para comenzar al partida, la forma de sujetar los peones solo con las yemas de los dedos, como quien no quiere reventarlos, hasta la forma de sentenciar al adversario con una voz baja y risueña.

Cada vez menos piezas, jugadas acotadas y no se le borraba la sonrisa en la cara. Una gota de sudor bajaba, fría, por mi pecho. Dos movimientos y ¡Jaque!. Lo miré con placer. Pareció gustarle. La mueca de alegría era cada vez mas grande y es obvio que me regalo dos o tres jugadas para verme feliz, alegre, saboreando una posible victoria. Pero enseguida, corrió un alfil, un grito de un nene en las hamacas, los aplausos por la victoria de un novato en la mesa de al lado, acomodó su reina, la luz del sol que se filtra por entre las ramas de un viejo nogal e ilumina a uno de mis maltrechos peones y ¡Jaque Mate!
Mis ojos no podían entender. El se levantó y se fue sin decir nada, con la cabeza gacha, por el camino de ladrillos.











No tengo mucho que decir sobre esto. Tampoco creo que tooooodos los textos tengan que tener la santa interpretacion de su creador. Yo creo que algo que se escribe tiene una interpretacion pero a partir de que se despegan las palabras ya sea de la lapicera o de los dedos del autor, ya ese texto tiene vida propia y como todo lo que tiene vida propia afecta a las personas de diferentes formas. Por eso es interesante los sentimientos de los lectores casi mas que los del autor. Por lo menos asi lo entiendo yo.
Este texto fue escrito hace una semana creo, en un momento que no entendia muchos porques.

domingo, diciembre 16, 2007




Que no quiero verla, Federico,

Yo tampoco quiero verla.

Apesar de que no sea sangre en la arena,
de que nadie murio en esta corrida,
las heridas sangran
arden
y gritan los niños desde las tribunas
las mujeres tiran flores manchadas
y yo,
tendido en el piso
ya no veo nada.
Si Federico.
Aca el derrumbado soy yo.
Ella sigue ahi con su sonrisa.
La arena se mete en mis ojos,
llenos de lagrimas.
la gente abuchea,
no se sabe a quien.
Pero yo solo quiero cerrar los ojos
y despertar en otra realidad
en otro sueño distinto
en otra plaza.

No quiero verla Federico,
que no quiero verla.











Este lo empecé a escribir ayer, cuando estabamos en la peña con Franchi. El Federico al que me refiero es Federico Garcia Lorca y le hablo sobre su poema "La sangre derramada" que esta en "Llanto por Ignacio Sanchez Mejía".



En El Mar que nos Parió, voy a postear un cuentito corto, quien lo quiero leer, ya sabe donde dirijirse, de ultima y si asi lo piden via comentarios, lo posteo tambien aca.


compañeros de las malas noches

que descansen

lunes, diciembre 10, 2007

La clave es la analogía...

Tres golpes secos en la puerta.

– Adelante.

La voz provenía desde una confortable butaca en el centro del armoniosamente asimétrico estudio. Era esta una habitación discreta y acogedora, amoblada con hermosas piezas de roble. Un melancólico fuego crepitaba en el hogar.

Quien había hablado era un hombre agobiado, su rostro apasionado mostraba las señales que sólo pueden dejar años de intensa preocupación. Respondía al nombre de mister Parker.

La puerta se abrió, dando paso a un hombre menudo, de andar inseguro y mirada febril. El otro abandonó su lectura, y apoyó Las manzanas doradas del sol en su escritorio. Vaya, ¡cómo entendía a Travis! Con un gesto, le ofreció asiento a su visitante.

– Ya no puedo continuar así, Lester – fue lo primero que dijo cuando el otro hombre se hubo sentado. Este lo miró con desconcierto.

– ¿A qué te refieres?

– Lo sabes perfectamente, tu estúpido error me arruinó la vida – los ojos de Parker brillaron aún más apasionadamente.

–Oh, no, ¿otra vez eso?- pregunto con un bufido mister Lester –Ya te dije infinidad de veces que no podía prever lo que pasaría.

– ¡Pero deberías haberlo hecho! – explotó Parker. – ¡Lo he perdido todo por tu culpa!

– ¡No podía saberlo! – replicó el otro, también acaloradamente.

– Vamos, lo había dejado muy en claro – Parker se había calmado, y hablaba ahora con resignación.

– ¡No era más que una hipótesis! ¡Tu mismo aclaraste que no lo sabías a ciencia cierta! – Ahora era mister Lester quien había perdido el dominio de sí.

– Pero era lo suficientemente catastrófica como para que pensaras en sus consecuencias… – Parker suspiró – Ahora, lo terminé de perder todo… ya no me queda nada…

Lester logró calmarse a su vez, y mirando a su interlocutor, le preguntó:

– ¿Qué caso tiene mantener esta charla una vez más? No puedo volver el tiempo atrás, y ya te he dicho infinidad de veces que lo sentía. Insistir en el tema no nos ayudará en nada.

– Ignorarlo tampoco. – fue la respuesta lacónica. – Y tus disculpas no me sirven de nada.

– Esta conversación no tiene sentido – sentenció mister Lester, haciendo ademán de retirarse.

– ¡Necio! Sí lo tiene. ¿No te has enterado? Ayer he perdido lo único, de todo lo que alguna vez me importó, que tu error todavía no había destruido.

– Oh, no… ¿no querrás decir que…? – El rostro de Lester se había deformado por el horror.

– Sí, eso quiero decir – lo interrumpió Parker. – Sigo pagando las consecuencias de tu estupidez. Ya no tengo nada, absolutamente nada.

Al decir esto, abrió con parsimonia el cajón, y sacó un arma.

– Parker ¿Qué rayos…?

– ¿Es qué no entiendes que así no puede seguir? La vida para mi ya no tiene sentido… debo hacer lo que hasta ahora no tuve el valor de hacer.

– Parker… diablos, ¡tranquilízate, hombre! No hagas ninguna locura

– ¿Locura? Locura fue haber creído que podría rehacer mi vida. Mi esperanza fue mi locura.

– ¡Aún puedes rehacer tu vida!

Parker rió, y el otro no pudo evitar estremecerse. No era una risa cuerda.

– ¿Rehacer mi vida? Más bien debería haber terminado esta tortura el mismo día en que comenzó. Pero fui lo bastante idiota para que creer que vendrían tiempos mejores, lo bastante idiota para olvidar que el tiempo potenciaría las consecuencias. – Parker quitó el seguro del arma.

– Siempre has sido un hombre fuerte, puedes soportar el dolor. ¡Esto no tiene porque terminar así! – Lester hablaba apresuradamente, con desesperación.

– ¡No puedo vivir pensando que no tuve el coraje de hacer lo que debía! Este es el final Lester.

– No, Parker, ¡NO!

Afuera, la tormenta inminente oscurecía el cielo.
Adentro, el ruido de un trueno.


Les propongo un ejercicio de intertextualidad para interpretar este cuento. Primero, leanlo (cosa que supongo habrán hecho, a menos que estén bastante bastante perdidos), piensen en el final. Después, lean "el ruido de un trueno", de Ray Bradbury (http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/bradbury/ruido.htm) y voila! si piensan, interpretarán (esta vez si) correctamente el final de mi historia.

Ah, piedad, no revise demasiado el cuento, puede estar un tanto flojo... pero me duele la cabeza, lo revisaré después.

sábado, diciembre 08, 2007

Naguke y el Guerrero

Tercer relato

Naguke tomo rumbo hacia Koroshita. Avanzando por el camino se encontró con una bifurcación: el camino de la izquierda se dirigía a Koroshita, desde allí eran 6 Km, Naguke confiaba en que nada lo retrasaría. El de la derecha a la montaña silenciosa. Para el no era demasiado problema desviarse un poco, y no le tomaría mas de un día.
Siguió por un camino de tierra bastante movido por rastros de pasos y de carretas. Mientras caminaba se divisaban a los costados del camino algunas granjas, todas pequeñas y sencillas y la gente parecía ser bastante cordial, aunque tuvieran rostros temerosos. Algunos al ver pasar a Naguke le prestaban saludo, y el no entendía porque, pero la verdad es que estaba apurado y no se iba a detener a charlar.
Cuando llegó a Koroshita le pidió a un comerciante que le indicara donde encontrar una posada. El hombre le dijo que siguiera el camino y doblara a la derecha para encontrar la mejor posada del pueblo, aunque fuese la única.
Naguke agradeció y siguió, y al llegar descubrió para su sorpresa que la posada no era lo que imaginaba. Era más bien una posada para hombres solitarios (por no decir un prostíbulo). Eso no solo complicaba la búsqueda de la chica, si no que también le daba mucha vergüenza.
Entró y vio que el lugar tenía a esa hora muy poco movimiento. Se acercó al mostrador y una señora con un aspecto de golfa le pregunto con tono indiferente:
- ¿Que deseas?
- Vengo a ver una chica que...
- ¡No me digas!! Pensé que querías tu cachorro.
Naguke hizo como si nada y continuó:
- ¿Muchas chicas trabajan aquí?
- Si, son 15 y yo. ¿Por que, una no te alcanza?
- No es lo que usted piensa, es que necesito hablar con una en particular, pero no se el nombre.
- Mira muchacho, si quieres hablar con alguien anda al templo y rézale a tus antepasados.- La mujer se dio vuelta mirando unos papeles.
- Es que necesito entregarle algo a una chica que trabaja aquí.
- ¿Como se llama?
-....eeemmm.... no se.
- No me ayudas mucho. ¿Que tienes que entregarle?
- Esta caja
- Fíjate si dice algo adentro.

Naguke abrió la cajita y en su interior había unas piedras preciosas y un collar con un nombre: Miori
- Miori, ¿Es posible que se llame así?
La mujer lo miro más seriamente:
- Ve a la habitación 7, en un rato ella va a llegar.
Naguke guardo la caja y fue a la habitación. Se recostó en el piso para esperar, y pasado un rato la puerta se deslizó y una chica joven entró al cuarto. No era muy bonita que digamos, pero a Naguke le sorprendieron sus ojos. Eran muy hermosos.
- ¿Que deseas?
- ¿Tu nombre es Miori no cierto?
- Si
- Tu padre te envía esto.
- ¿Mi padre? ¿Donde esta? ¿Por que no vino él?
- Miori escucha bien, no es fácil decir esto... Cuando venía para aquí tu padre fue atacado por unos hombres que no le robaron. Solo lo golpearon y torturaron. Lo encontré a punto de morirse. El quería venir personalmente a verte. Dijo que te entregara esto y que te diga que él te amaba. La última persona que pensó hasta el final fuiste tú.
Con la cara triste y ojos lloroso ella dijo:
- Entonces el venía por mi enserio. ¿Por que tenía que suceder? Sabes, hace muchos años mi padre era una persona rica. Un día perdió todas sus posesiones. Debido a la desesperación y la decepción se dedico a apostar lo poco que tuvo. Un día tuvo que pagar una deuda demasiado alta, y a cambio me llevaron a mi y me vendieron a este lugar, ya que no tenía con que pagarle. Mi padre no era mala persona. Solo que la vida lo golpeó muy fuerte y no supo valerse, pero nunca le guardé rencor. Todas la noches esperaba el día que el viniera a sacarme de aquí y volver a vivir juntos.
- Tu padre te envía esta caja. Tiene unas piedras preciosas, supongo que era para comprar tu libertad. También trae un collar con tu nombre. Espero no te enojes conmigo por haberla abierto.
Miori no pudo contener mas las lagrimas. Comenzó a llorar desconsoladamente. La cara se le puso roja y los ojos también, y de ahí brotaban lágrimas sin control. Tomo las cosas que Naguke le entregó y dijo:
- ¿Como se yo que no fuiste tu quien lo mato, y que por la culpa viniste y me entregaste esto?
- No, te equivocas yo no podría... yo no fui... ¿Como se te ocurre?
- ... no se si creerte. Tengo que pedirte que te vayas.
- ... pero yo, solo quería....
- QUE TE VAYAAAAAAASSS.
Naguke se asusto un poco. No quería que pensaran que el le hizo algo malo. Pegó un salto y salió corriendo de la posada. Salió del pueblo y siguió con su camino. Se sentía confundido. No podía entender como esa chica podía pensar que hubiese sido él. No tenía lógica. El tema lo confundió, pero eso no lo detuvo en su camino, y prosiguió. Para el anochecer llegaría a la montaña silenciosa...

miércoles, diciembre 05, 2007

En su imaginación, Ezequiel había vivido ese momento cientos de veces, con cientos de finales alternativos, la gran mayoría, marcadamente pesimistas. Al fin y al cabo, su mente no daba crédito aún a la maravillosa oportunidad que le esperaba. Era un milagro. No sabía cómo, pero lo había logrado. Eugenia nunca se había dignado mirarlo siquiera, pero por algún misterio de la vida, esta vez había aceptado salir con él.

Era una tarde gris, pero ¿qué importancia podía tener ese detalle para el chico? Las cuadras que lo separaban de donde habrían de encontrarse fueron las más largas de su vida; el nudo en su garganta por poco le impedía respirar, las piernas parecían pesar más que el plomo. Metáforas usadas hasta el hartazgo, pero de aplicación literal en este caso.

Finalmente llegó. Allí estaba ella, sobrecogedoramente hermosa, sonriéndole. Con una mano temblorosa, Ezequiel le tendió un ramo de flores

– ¿Para mí? – Preguntó ella, su sonrisa volviéndose aún más pronunciada – ¿Por qué?

– Porque te amo – Alcanzó a balbucear él. – Siempre te ame, aunque nunca me animé a decírtelo. – Ahora, sus palabras eran completamente inteligibles, hablaba con aplomo y convicción – Te amo como nunca ame a nadie.

– Tonto. – le contestó con ternura – ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿No te diste cuenta de lo que siento por vos? Si ni siquiera era capaz de mirarte a los ojos de la vergüenza que sentía…

Decidieron que ya habían sido demasiadas palabras. Se besaron largamente. Ezequiel no era capaz de entender tanta alegría. No podía creer...

Veloz como el pensamiento, un rayo se desprendió de la tenebrosa bóveda, fulminando al instante a la chica. Y Ezequiel vivió infeliz por siempre.

FIN



ajajajaja jodete por forro sentimentaloide!! jajajaa

No se gasten en hacer interpretaciones raras, es sólo que decidí canalizar mis ansias destructivas realizando algo constructivo (sutil paradoja). Y la idea esta había surgido de delirios con el tano, acerca de finales... digamos... poco convencionales... jaja

Alguien se anima a decir ahora que escribiendo tengo corazón? je

martes, diciembre 04, 2007

El reflejo

Me refleja el tenue espejo
de las aguas cristalinas
sacudidas por el viento.

Me refleja el tenue espejo
y en los ojos que me miran
a través de las pupilas
con que la visión ejerzo
distorsionase el rostro
comienza a verse añejo
y en un destello, Mirada,
lo que ves son ojos tiernos.

Ha cambiado en una brisa
sacudida en un oleaje
quien desde el agua te mira
la mirada es de otra parte.

Y al ver en el reflejo
algo nuevo y misterioso
tras un reaccionar perplejo
se retraen ya los ojos.

Poco a poco pasa el tiempo,
se mantiene en el recuerdo,
y en lo visible del cuento
que la narra dibujada
más viva que retratada
se mantiene en el reflejo
la figura admirada.

Se acostumbra lentamente
el mirar a aquello nuevo
y descubre alegremente
que hay un mundo en ese espejo.

Espejo, sí, aún cambiada
la figura que bosqueja
pues si ves su vista clara
tus pupilas se reflejan.


Necesita un par de revisadas... pero por la hora que es, y por el caracter blogístico del asunto, lo prefiero dejar para otro momento...

No quiero dar una explicación muy directa... prefiero abrir el desafío para ustedes. Sepan que la tiene.

Una pista nomás:

Verse reflejado en algo extraño
que descubres y te asombra...
ver en otros ojos reflejado
tu mismo anhelo, tu misma sombra.

¡Avanti!

Wikihisteria, la enciclopedia no-libre, cree oportuno aclarar: "Sombra"... ¿tinieblas? ¿O más bien proyección de uno al verse alcanzado por la Luz? (suele usarse una de las acepciones... yo me inclino, en este caso, por la otra).

¡Y les di otra pista!

lunes, diciembre 03, 2007

esa sonrisa
de saber que le estas haciendo
una chicana a la vida
de entender que el enroque
es solo una de las tantas posibilidades
de escapar del ataque de algun peon
dominado por la mano enemiga
esa sonrisa
ya descubrio hace rato
que la salida
estaba mas cerca
de lo que nuesta mente imaginaba
solo habia que correr algunas ramas
para ver al luz del dia
esa sonrisa
ve la complicidad en un juego
que poco entendemos
pero mucho jugamos
que dia a dia nos derrota
pero del cual
cada tanto nos escapamos
esa sonrisa
es como evitar
que la ola nos moje
y picaramente correr delante
disfrutando de la victoria sin sentido
sabiendo que no ganamos el mundo
porque el mundo era nuestro
de antemano
esa sonrisa
me vuelve niño
me vuelve rio
me vuelve mar















este lo escribi hace unos dias pero lo remate hoy. Estoy meloso como nunca, aunque en estos ultimos dias, supongo que por el cansancio, no me siento muy inspirado. Ahora me voy en tren a la plata, y yo se que tanto la plata como el tren me motivan mucho, asi que...

domingo, diciembre 02, 2007

Hacia el Final

Desempolvo los rastros
de hilanados pensamientos
acumulados oscuros
en los vaivenes del tiempo.

Miro atento las cosas
mas poco dura esa atención
y cuan ave tambaleante
en primer vuelo hacia el poniente
mato en mente a la aprehensión.

Poco a poco va perdiendo
entre tedios y desganos
al polvo que lo cubría
el lomo del tomo sabio.

Y lo miro con tristeza
y una colada sonrisa.

Si ha perdido polvo el libro
pues no ha sido por leerlo.
Si ha perdido polvo el libro
es por no estar yo nunca quieto
y entre tanto cerrar y abrirlo
no durar en el desierto
que conduce hacia el Final.

No hay por qué imaginar nada demasiado trascendente esta vez... tan simple como para acudir nuevamente al recurso de la síntesis:

"Rindo el viernes y ya quiero mandar los libros a la mierdaaaaaaaaaaaaaaaa".

Sí. Muy poético.

Seguna y última parte de la historia.


A Meldaj, valiente Capitán del ejercito del Rey, de Ninilder, aún su prometida, a 22 días del solsticio de verano


Valiente Capitán, he leído lo que has escrito. Lo encuentro agradablemente patético. Si tu propósito era que me quedase alguna duda, no lo has logrado, no sé porque debería dudar; pero has logrado en cambio disipar mi enojo. La torpe manera en que expresas tus sentimientos es lamentable… pero puede que sea por eso que te quiera tanto. Agradezco que no lo hayas quemado, hubiese sido una nueva demostración de represión para con tu emotividad.

Tengo miedo a herir tu susceptibilidad, pero cuando dices haber llegado tarde “a la mejor oportunidad de tu vida de ser feliz”… no puedo evitar reír ante una metáfora tan melodramática. ¿"Amarnos a destiempo"? ¿De qué rayos hablas, querido? ¡No te he dejado de querer, deberías saberlo!

Y sé lo mucho que me quieres, aunque no lo sepas expresar; por eso le pediré al Rey una nueva fecha para nuestro matrimonio. Y espero que esta vez ninguna cacería te impida llegar a tiempo...

sábado, diciembre 01, 2007

Naguke y el Guerrero

Primer relato.

Hubo una vez en un país distante, de costumbres diferentes y gente diferente, un joven de nombre Naguke, que deseaba ser el más grande y recordado guerrero de la historia. Tenía 8 hermanos, y de todos, el era más hábil en el combate, y por eso su padre lo envió a que aprendiera con el mismo maestro con quien él había aprendido. Este hombre era conocido como el mejor guerrero que existiera en esa época, famoso por derrotar a cien hombres en una batalla sin recibir ni un golpe, aunque algunos pensaban que esto sólo era una leyenda.
Naguke fue bien recibido por su maestro, y durante varios años fue sometido a un entrenamiento extenuante, al cual poca gente podría sobrevivir, y con el pasar de los años Naguke demostró ser un alumno incluso superior a su padre. Fue entonces cuando le solicitó a su maestro permiso para poder viajar en el mundo en busca de gloria, vencer a gente fuerte y ser recordado. Al maestro esa petición no le gusto mucho y con una expresión severa le dijo que aún no demostraba ser lo suficientemente maduro para eso. Naguke insistió varias semanas con el asunto, hasta que una noche el maestro lo citó en el templo de la escuela y le dijo:

-Naguke, eres fuerte. ¿Cuán fuerte?

- No lo sé.

- ¿Realmente quieres ser el mejor guerrero?

- Sí.

-¿Por qué?

-….

- ¿Qué es lo que buscas?

- No estoy seguro, pero lo tengo que descubrir allá afuera.

- ¿Crees ser mejor que yo para irte?

Con el sumo respeto que Naguke tenía por su maestro, respondió:
- No aún. Usted es el mejor, todos lo saben, y aunque no crea estar muy lejos de su fuerza, si no salgo a enfrentarme nunca podré alcanzarlo o superarlo.
El maestro le dio la espalda y dijo:
- Realmente eres muy fuerte. Casi tan fuerte como yo. Pero te equivocas… hay un guerrero que realmente es muy superior a mí. Hasta aseguraría que nunca hubo nadie que se le compare.
- Pero maestro, eso es imposible, todos saben que usted solo venció a cien hombres sin recibir ni un golpe en una batalla. Nadie tiene tanta destreza.
- Te equivocas. Hay alguien que entrené hace más de 30 años, su nombre es Gaklas y es el mejor guerrero que hay. Yo nunca osaría tocarlo. Tienes que aprender de él si quieres ser el mejor.
- ¿Cuando podré partir?

- Ahora.

- ¡Pero esto es muy repentino!

Sacando una carta de su sotana, el maestro dijo:
- Tú me lo pediste y ahí lo tienes. Con esta carta podrás encontrarlo. Ahora tengo que pedirte que dejes esta casa.
- Pero maestro, ¿por qué?
- Ya no eres mi alumno, ya no quiero volver a verte aquí.

Con una gran tristeza Naguke se retiró. No podía creer que la persona a la que más admiraba lo había ahuyentado de él y ahora le pedía que aprendiera de alguien más.

Estaba muy herido en el fondo y no sabia si algún día volvería ahí.
Pero Naguke ignoraba que también su Maestro estaba sumamente herido, tanto que lloró, algo que nunca le había pasado desde su niñez, pero sabía que hacía lo correcto. No había nada más que él pudiera enseñarle y Gaklas le enseñaría algo que él apenas podía entender.
Al dejar la casa, Naguke leyó la carta. Tenía una sola instrucción: debía ir a ver a un criado que trabajaba a los pies de la montaña silenciosa. Ahí el hombre le diría exactamente dónde encontrar a Gaklas.
Y así, con el corazón lleno de emoción, partió en busca de su nuevo maestro que le ayudaría a completar su entrenamiento para convertirse en un guerrero.

Segundo relato

La tarde estaba nublada, y no parecía que el tiempo tuviera intención de cambiar. La montaña silenciosa estaba a solo un día de caminata de donde Naguke se encontraba. Pero el cansancio crecía y la panza le rugía, y Naguke sabía que aquella zona no era muy segura para andar transitando, y eso le preocupaba, no por miedo a morir, sino porque no se sentía en óptimas condiciones, y además comenzaba a levantarse una neblina que empezaba a dificultar la visión del camino. Decidió frenar y hacerse a un lado del mismo, refugiándose en un árbol hueco que daba al lado contrario del camino. Se sentó para descansar y mientras respiraba profundamente, sintiendo el olor de la madera húmeda que le relajaba, Naguke se quedó profundamente dormido.
Ya no sabía cuánto tiempo había pasado, seguía siendo de día, y aparentemente (sin que él se hubiera dado cuenta) había llovido. Salió del hueco y decidió seguir su camino. La neblina no se había disipado aún y al incorporarse el camino vio unas pisadas en dirección a donde él se dirigía. Decidió entonces seguir, y de vez en cuando ojeaba las pisadas. No hacía mucho alguien había pasado. Eran pisadas medianas, como de un joven o un hombre, pero no de un guerrero. De repente las pisadas se multiplicaban, de hecho, varias se incorporaban desde los costados del camino y se unían. Eran pisadas más grandes y profundas, y una de ellas tenía un signo extraño en la suela, y a medida que avanzaban la pisadas se hacían más separadas, como si la primera persona hubiera empezado a correr. El corazón le dio un salto y al seguir el camino, vio que las pisadas se habían mezclado, y la tierra del suelo había sido removida. Había sangre en el piso, y todo indicaba que ahí la pobre persona había sido atacada. Un rastro de sangre largo se dirigía hacia afuera del camino y Naguke decidió seguirlo. El corazón le latía fuerte. Tenía miedo y quería saber qué había pasado, y al llegar a un árbol manchado de sangre encontró a un hombre, atado por los extremos al árbol (como crucificado). El hombre tenía una herida en la parte inferior de las costillas y había perdido mucha sangre, pero todavía seguía vivo. Naguke cortó las cuerdas con cuidado para que el hombre no cayera al piso, y al liberarlo, lo recostó.
- Señor, ¿qué le sucedió?
Con mucha dificultad el hombre dijo:
- E-eran tres h-hombres. Apa-parecieron desde at-tras y me ataca-caron sin motivo. M-me torturaron y me traj-jeron acá.
- Señor, no se preocupe, va a estar bien...- Naguke sabía que no era verdad pero no quería desanimar al hombre.
- N-no, ya es mi fin. Y-yo so-sólo quería ver a mi hij-ja… - El hombre lo miró a los ojos y dijo - ¿Co-cómo te llamas?
- Naguke, señor.
- Naguke, tú le dirás que y-yo sólo quería decirle que me perdonase y que nunca la dejé de am... amar.
Con una profunda tristeza Naguke asintió y el hombre agregó:
- D-dale esto. La encontrarás en Koroshita, en u-u-una posada. Y dile que la am... que la amm-o.
El hombre dejó de respirar y cerró los ojos. Naguke no podía creerlo. Nunca había visto morir a nadie. Si él quería ser un guerrero invencible tendría que acostumbrarse a ver esto. Decidió que no lloraría y que cumpliría con lo que el hombre le pidió.
Después de enterrarlo bajo muchas piedras, Naguke siguió entonces su camino. Koroshita quedaba de paso hacia la montaña solitaria, así que no sería mucho problema hacerle el favor y decirle a su hija lo que le pidió el padre y entregarle aquella cajita que el padre le dejó.
Y así siguió su viaje hasta Koroshita, habiendo visto por primera vez a un hombre morir y cómo el mundo era cruel con el primero que cruzara el camino.




Compañeros Redondos:



Creo que es necesario que en este tiempo en que comenzamos este circulo pautemos un par de cositas:

-Estaría bueno, imagino que cada uno escriba con un color diferente, puede que le represente algo o sea simple azar. Si aceptan esta moción yo elijo el un verde azulado, color que me recuerda alguna tonalidad perdida entre la espuma de mi añorado mar.

-Otra cosa que creo que sumaria a las vivencias de este circulo son los comentarios. ¡Que este espacio no se convierta en mero panfleto, si no que sea un espacio donde el compartir sea nuestra bandera!. Por esto también propongo, y como bien hizo Franchi, comentar la idea, el leit motiv de nuestros escritos, su musa si existiera, las ideas que queremos comunicar o un simple comentario que bien puede estar diferenciado en cursiva o de otra forma, siempre sin olvidar que todo el peso recae en la obra literaria en si.

-Si alguno dibuja y quiere subir algo creo que puede ser una forma también de compartir su arte. Que nuestro espacio no tenga paredones ni alambrados si no que sea un campo abierto donde las vivencias, reales o no, se expresen de la forma que quieran.

Sin más, por ahora, les dejo un abrazo.

Facu, desde ahora verde azulado.