miércoles, abril 23, 2008

si
hoy te espere
sentado en el cordón
...
no saliste de tu saguan amarillo
conté 354 piedras
cuatro caracoles
y 86 zapatos
varios con los cordones atados formando una flor
Entre las nubes
vi pasar un sacerdote volador
de sotana negra al viento
con mil globos de colores
atados a su silla
de playa, de verano.
Le pedí si me llevaba
si me ayudaba a salir de acá
me dijo que solo lo haría
si le enseñaba a tener fe
le convide un abrazo
y una flor
su cara se resplandeció
acompañada de una gran sonrisa
me presto los globos azules
para que se confundan con el cielo
me los ató en la muñeca
30 de cada una
y se fue silbando
una canción de amor
de esas
que se pegan con facilidad
como la pelusa a un caramelo.









se deben haber enterado lo del cura brasileño
y sobre ella, la espere mentalmente...

sábado, abril 12, 2008

- Al fin y al cabo vas a hablar
- Veo que desde tu posición es muy fácil hacer las preguntas, sino respondo recibo un golpe ¿no es así?
-Eso te gustaría, pero no. Aun así nunca te di permiso de hablar, y eso amerita una piña.
El hombre de pie golpeó al joven atado.
- No se que queres que confiese.
- Decime que hacías hablando con ella.
- Hablábamos de ropa...
Otro golpe a la cara
- No estoy de humor, y te lo digo por ultima vez, lo que te espera si no respondes es peor de lo que pensas.
-...
- Ahora ¿Que hacías hablando con ella?
- Aunque te lo cuente, ¿Que entenderías? Si nunca te importo tanto lo que se hiciera a sus espaldas. ¿Cual es tu rol? ¿Cuidar su imagen? No se a que costo, si "el" no lo sabe hacer que crezca, ya es hora de enfrentarse.
- Lo que yo haga por el no te importa, y deja de evadir la respuesta.
- ¿Acaso un hombre no puede hablar con una mujer? no hay motivos por lo cual deba estar prohibido. Mi admiración por ella es grande, es la única a quien le compartiría mis secretos mas profundos, a quien le lloraría mis problemas, y buscaría en soledad.
- ¿Pero era necesario tener que estar tan cerca? No entendes que se prohíbe hablar con ella. No soy yo quien pone las reglas. Solo las hago cumplir.
- ¿Y ella? Quien es el para impedirle a todos hablarle, o aun peor, prohibirselo a ella. Solo ella es la victima en verdad. No importa cuanta gente ahuyente, golpee o incluso mate, inevitablemente la gente se le acerca. Es obvio que genera mas atracción con su presencia, que el con su mano dura. ¿Es que no lo entiende?
- Lo que el haya decidido no es problema tuyo, limitate a obedecer y nada te va a pasar, ni a ella.
- ¿Que queres decir?¿Que no solo mi vida corre riesgo? Como veras no tengo tanto miedo a perderla, tal vez me le acerque más una vez muerto, nadie me lo impide.
- ¿Quien dijo que a vos te mataríamos? No creo merezcas ese privilegio. Ya te lo dije, matarte no nos va a servir, es obvio que ni a vos ni a los demás les molesta eso. Tal vez les duela mas su perdida.
-¿COMO? No lo creo, es inaudito, ese hijo de mil ¿quiere deshacerse de ella?
- Vos lo dijiste
- No creo que tu jefe haya visto el punto. Pero ¿Que mierda sabe el? ¿Porque se mete si no le concierne?. Que la quiera solo para si no es justo, no tiene ese derecho, nadie se lo dio. Y vos ¿Que mierda haces? ¿Porque lo seguís tan ciegamente? No ves que te manipula.
- Por si no lo notaste a mi no me importa un carajo de todo esto. No creas que me podes conmover. Yo no creo en ella como vos. La verdad que por mi pueden borrarla del mapa. Al fin y al cabo solo es una "cosa".
- No te permito que hables de esa manera. Es la mas importante que hay, alguien que jamás podrá ser igualada. Solo ella pudo con tareas que son increíbles. Su fuerza y su dulzura me mantienen pegado. No dudaría en darle mi vida, pero vos... no te mereces ni un poco su esfuerzo.
-¡BASTA! ME CANSASTE, DECIME YA MISMO QUE HACIAS HABLANDO CON ELLA ¡DECILO!
-...
-¡DECILO!
-...
-¡DECILOOOOO!
En ese momento el hombre no controló sus impulsos. Saco su pistola y le disparó al joven en el pié. El joven grito y lloró por un rato. Cuando se tranquilizó el hombre dijo:
- Te escucho.
- No podía esperar a verla. Tenía esa imperiosa necesidad. La extrañaba y la necesitaba, solo ella podía ayudarme. Mi hermana de apenas diez años esta muriendo de leucemia. Le pedí que la sanara. Se muy bien que puede hacerlo, su intersección es incomparable. Realmente sé que ahora mi hermanita esta bien. No tengo duda en que ya sanó.
-...

Un oficial entro al cuarto, le entrego una carta al hombre y se retiró. Este la abrió, la miró y sonrió.
- Bien bien. El jefe envía esto personalmente. Te informa que tu intento después de todo sirvió para algo y tu hermana se curó. Pero...
- ...
- ... fuiste sentenciado a muerte inmediata.
El hombre dejó caer la carta y miró al joven a los ojos. Pudo ver en su cara una inmensa satisfacción y una mezcla entre odio y pena acudió a el. Tomó la pistola, esperó unos segundos y disparó. Al salir escribió un informe sobre todo lo ocurrido y se lo entregó al jefe.
Al día siguiente, leyó en los diario Los siguientes encabezados: "Por orden del Jefe, todas las imágenes de la Virgen debían ser destruidas y/o quemadas".




Lo emepzé a escribir sin saber de que trataba, y al final el texto se armó solo y quedó asi.

lunes, abril 07, 2008

La chispa

Me veo en un pantano, rodeado de esa quietud incómoda que anuncia el devenir de lo que se escapa a nuestro conocimiento. A mi derecha e izquierda, se levantan gélidas y mudas unas barreras de hielo descomunales, muros que tapan el sol sin piedad y, lo que es peor, no dan ningún tipo de explicación. El piso se sacude constantemente bajo mis pies, y yo aquí varado; el hielo se me cuela por los huesos mientras que busco alcanzar eso que se me escapa, y sigo aquí, varado.
El anhelo que se desenvuelve frenético en mi pecho no tarda en convertirse en fuego. Un fuego desesperado por derretir los glaciales muros que le impiden crecer, pero que no lo logra, y no atina a descubrir cómo hacerlo. Así, remando y remando, no hago más que manotear inútilmente, y acabo por enterrarme en la arena movediza por completo.
El fuego se vuelve brasa extinguida.
Y así y todo, ese pequeño deseo, esa chispita que supo encender una hoguera, aún hoy palpita adentro. Sé que ronda por ahí, aunque la dura realidad no parezca darle cabida: no hay leña para que encienda. Pero está, y es ese estar lo que mantiene el movimiento de mis piernas, lo que me permite seguir luchando por alcanzar la cada vez más lejana superficie, aunque cada esfuerzo parezca más inútil que el anterior y me termine dejando más lejos de la orilla.
De tanto remar y remar, termino tocando fondo. Tan duras son las rocas que sostenían el suelo que me contenía… ahora estoy indefenso, inerme, y no tengo más que aferrarme a mi pequeña chispa, tímida y asustada por tanto frío.
Me duermo sin más techo encima que las húmedas arenas y sin abrigo que contrarreste la pesada influencia de los glaciares que aún persisten allá arriba. Me levanto y vuelvo a dormir, y así van pasando días y noches. El tiempo, así y todo, parecería estar estancado en este lugar.
En esta sucesión de días vacíos y absurdos, voy arrastrándome lentamente hacia donde intuyo está ubicado el sol ahora. ¡Pobre de mí!, me digo al mismo tiempo… aunque llegaras allí estaría demasiado alto como para estar a tu alcance…
Y sin embargo, esa chispa, tu chispa, me impulsa a seguir.
Y sin darme cuenta, sigo gateando y de pronto veo que estoy no ya con las rodillas en el piso sino que con firmeza, caminando y con paso cada vez más decidido, pues mi andar errante me llevó sin darme cuenta a un barranco que llevaba para arriba.
Un tirón de Su Brazo me ayuda a hacer el último esfuerzo y respirar una bocanada de aire fresco. Me siento lentamente -¡la increíble dulzura del aire libre!- y miro en derredor.
Todo parece igual que antes; sólo yo estoy cambiado, e ignoro si eso implica algún tipo de crecimiento. Lo único que puedo asegurar es que estoy más curtido. Y lo más importante, que tu chispa sobrevivió.
Me meto las manos en los bolsillos para contemplar impotente el panorama de la derrota (salí, sí, pero ¿prendió tu chispa?) y palpo casi sin darme cuenta algo que antes no estaba allí. El largo y penoso forcejeo por el fondo de la tierra me dejó, vaya uno a saber cómo, un puñado de ramitas embarradas en los bolsillos.
Una idea extrañamente ambigua, deliciosa y absurda a la vez, me azota de golpe la frente. Y al final, ¿por qué no? No se perdería nada en el intento…
No, dice mi sentido común con tono enérgico. Ya bastante has ofrecido por esto. Acéptalo, el sol está fuera de tu alcance. Y tu chispa no durará ni dos segundos con semejante parodia de leña.
Pero yo creo en el intento, creo en el perseverar, y prefiero perder una derrota luchada que sufrir por no haber intentado nada. Hoy se me presenta un absurdo por delante, pero tu chispa es demasiado fuerte como para someterse a las leyes de la racionalidad…
Arriesgo mi chispa, preguntándome si algo de ella me quedará cuando fracase mi intento, y enciendo un pequeño fuego. Luego entierro la cabeza entre las rodillas y no pienso en nada más.
No tengo más opción que despertarme, sin embargo, cuando las primeras gotas empiezan a caer sobre mí. Sí, los glaciares se están derritiendo, y no es poca mi sorpresa al comprobar que la pequeña chispa es ahora una hoguera descomunal.
Lentamente, el sol asoma y se encuentra con nuestro fuego.
Se abrasa la Tierra con la fuerza del Amor.

Fue saliendo hoy a la mañana... habla un poco de lo que es perseverar en una búsqueda, de esas que te posesionan por completo y que a veces parecen destinadas al fracaso...
No sé, por ahí me salió con ese estilo "Menapachesco" del que hablaba Facu, pero hoy estaba inspirado para algo así jeje. Tampoco sé si es lo que más, más me copa hablar en un castellano algo desargentinizado (decir por ejemplo "acéptalo" en lugar de "aceptalo"), pero este cuento fue dándose así.

miércoles, abril 02, 2008







Compañeros

¿porque caímos?
a mi me gustaban los sex pistols
¿Porque tuvimos que disparar?
las guerras no son nuestras
las balas tampoco
pero si las heridas
si es nuestra
la sangre que corre
y forma rios infinitos
que llegan hasta el corazón
de nuestras madres
eramos carne para leones
ambrientos y enojados
creímos por un momento
en la causa
la patria
y las palabras vacías
pero ahí
en el frío
y el barro
la soledad se sentía
porque no había aliento
de ningún pueblo
que sea capaz de llegar
y abrazarnos
porque fuimos enviados
como corderos entre los lobos







No se, me dio lastima que no haya nada nuevo y apelando a la fecha y bueno...