martes, marzo 04, 2008

tengo el presentimiento que a facu no le va a gustar mi cuento, pero bue...
esta pequeña historia surgió de una charla con el cura agüero, y cuando ya estaba bastante desarrollada me di cuenta que tiene ciertas similitudes con una reunión de 2do del año pasado... como la había sugerido yo, nomás es auto-plagio. (aparte, el resultado final es distinto, y con otro objetivo)
Mil gracias a Fede Estrella por la asistencia jurídica!
Divertios!

…acusado de los siguientes cargos: alta traición a su propia persona, conducta ignominiosa, deshonra pública, falta de fidelidad a los propios valores y/o convicciones. Pueden tomar asiento.

La fiscalía presenta su caso.

Su Señoría, mi argumentación será objetiva. Sin embargo, mi conciencia se escandaliza ante los hechos perpetrados por el acusado.

“Sus acciones son del dominio público, y han quedado suficientemente demostradas por las declaraciones de innumerables testigos y por un gran número de evidencias; como a continuación comprobaran con los elementos probatorios. Es por esto que no pretendo convencer a esta Corte de la culpabilidad del acusado, sino tan solo subrayar la gravedad de lo acaecido.

“El acusado ha dejado atrás todo atisbo de dignidad, y se ha abandonado a la desmesura. Olvidó el código de conducta propio de un caballero, y permitió que sus sentimientos prevalecieran por sobre su razón. Todo esto es digno de un ser irracional, de las bestias, no de una persona. Es decir que incluso desde el principio el acusado ha renegado de su condición de ser humano.

“En sus intentos desesperados por conquistar al objeto de su amor, actuó en contra de sus convicciones más profundas, y realizó acciones que en cualquier otra circunstancia lo hubieran hecho ruborizar, lleno de vergüenza. Ha quedado demostrado que en su fuero interno, el acusado reprobaba su accionar, por no ser coherente con su personalidad; aunque eso no supuso un obstáculo. Ni siquiera el saberse objeto de burlas, provocadas por la naturaleza pública de su proceder, fueron capaces de hacerlo reflexionar.

“De esa manera, olvido la inalienable fidelidad que cada persona debe mostrar por quien es, fidelidad que debe guiar cada momento de la vida de un ser humano. El acusado se faltó el respeto a sí mismo, siendo esta una falta injustificable.

“Una persona solo es verdadera dueña de su propio ser. Si niega ese ser, si lo abandona, ¿qué quedará de él? Ya no será un verdadero humano, y su existencia no tendrá sentido. Nuevamente, vemos como el acusado olvida su naturaleza. Todos sus derechos, el derecho a la libertad, el derecho a la vida, brotan de su condición humana. Habiéndola negado, niega también sus propios derechos. Algunos discutirán que los derechos humanos son inherentes a la persona desde su concepción hasta su muerte, pero la negación de su naturaleza humana ¿no equivale a su muerte como hombre?

“En cuanto a sus “nobles” fines, la Historia nos demuestra que sin importar el objeto de sus esfuerzos, aquellos quienes han olvidado las reglas que rigen a sus personas, han cometido crímenes abyectos y despreciables. Puede que en un principio sus intenciones hayan sido abnegadas, pero eventualmente, nadie puede mantenerse en el camino del bien si ha renegado de sí mismo. ¿Acaso la certeza de que ese camino es el que debe seguirse no es una convicción profunda? Y si otras tantas convicciones han sido quebrantadas, ¿qué garantiza que esta otra no lo será?

“Finalmente, me gustaría hacer notar a quienes me oyen que si el acusado no fue capaz de respetar su propia humanidad, si no reconoció un ser humano en su propia persona; entonces ¿qué trato se puede esperar que dispense a sus semejantes?

“Por todo esto, la fiscalía pide para el acusado la pena capital.

El acusado ejercerá su propia defensa, puede exponer sus argumentos.

Debo felicitar al fiscal por su locuacidad, aunque mucho me temo que estoy lejos de compartir su opinión.

“Se me acusa de haber traicionado mis convicciones. Sin embargo, la convicción más honda, mi anhelo más profundo, es el amor por el que luché. No haber empleado todos los medios a mi alcance hubiese sido una traición verdaderamente digna de condena. Por supuesto que lo que he hecho me produjo intenso oprobio, pero la vergüenza hubiese sido infinitamente peor si me hubiese quedado de brazos cruzados.

“El fiscal olvida que lo que verdaderamente debe guiar todo momento de la vida de un hombre es el amor. La naturaleza humana, la verdadera naturaleza humana, se encuentra en el acto de amar. No es un verdadero hombre quien no ama. Y el amor se encuentra por encima de todo. Olvidar eso constituye una falta mucho más injustificable que la que se me imputa.

“Quien haya optado por ser “fiel a sí mismo” en lugar de apostar por el amor, esa es la persona que no merece vivir. Un hombre que no haya amado ha despediciado su vida.

“Se me acusa de no haber sido capaz de reflexionar. ¿Es que acaso una persona enamorada se puede permitir reflexionar? Y debo decir además, que en caso de haber dejado que fuese la fría razón la que gobernase mis actos, hubiese obrado exactamente como en efecto obré. Mi inteligencia me permite ver claramente que el amor vale más que aquello que “traicioné”.

“Me encuentro obligado a decirle a la persona que tan fervorosamente me acusa que incurre en un error grave. Al parecer, considera que el hombre es dueño de su propio ser. Pues bien, no, no es así. Nuestras personas (al menos la mía) pertenecen a nuestro Creador y Salvador, que nos ha enseñado precisamente que entregarse a uno mismo, lejos de ser una traición, es el gesto más grande que puede realizarse en la vida. Entregarse a uno mismo se asemeja más a nacer nuevamente que a la muerte aludida.

“Con respecto a la última argumentación del señor fiscal, debo decir que la Historia nos demuestra más bien que las más grandes gestas, que los hechos más merecedores de ser recordados, han sido impulsados por el amor. ¿Alguna vez se ha escuchado una tontería más grande que decir que el abandonarse al amor corrompe? Los personajes que mayor aporte le han hecho a la humanidad dejaron que el amor guiase sus pasos.

“Quiero decir también que no considero que este tribunal tenga competencia sobre el caso. Mis acciones fueron de carácter personal, al único que eventualmente podrían haber causado perjuicio es a mí mismo.

Juzgarme por lo hecho me parece tan absurdo como condenarme por lo que piense. Teniendo en cuenta que no provoqué (ni pretendí provocar) daño alguno a ningún particular, ni a la sociedad en su conjunto, solicito que sea mi consciencia (y no esta Corte) la que juzgue mis actos.

“Por último, quisiera recordarles que, dejando de lado el debate de si en efecto he cometido la traición que se me imputa, mi proceder se debió a mi fidelidad a algo más grande, algo que me importa más que mi propia vida, y que es el amor de la persona que amo. – hizo una pausa, revolvió su taza de nesquick – No sería sensato reprocharle a esta Corte si decidiese no aplicar una ley por considerar que le debe más fidelidad a la Constitución, por decir algo.

“Es por todo esto que rechazo de plano las acusaciones que pesan sobre mi persona y solicito que mi proceder deje de ser objeto de cuestionamientos.

Habiendo entonces escuchado los alegatos finales, esta Corte pronunciará su veredicto: encontramos al acusado culpable de los cargos que se le imputan. – hizo una pausa, sonrió, y prosiguió diciendo – Lo condeno a ser feliz junto a la persona a quien tanto ama.

La jueza se levantó del estrado, se acercó al banquillo de los acusados, e hizo evidentes sus sentimientos por el condenado.


3 comentarios:

Facu dijo...

jajajajjajajaj


primero que nada me hiciste sentir importante al ser yo lo primero que nobras en tu post!!

segundo

HASTA EL ULTIMO PARRAFO PENSE QUE NUNCA LO IBA A ENTENDER!


me gusto, mucho! es interesante, me hizo pensar mas que el pisadas en la atena de franchi (sin ofender conchi!!) mis totales felicitaciones!!!

Franchi dijo...

Sin palabras. Muy buena la mezcla de historias de vida del chabón, sentimientos, valores y principios... impecable.
Y sí, tienen razón, voy a tratar de ser menos monotemático. Es una especie de vicio que se me da un poco últimamente, pero puede mejorar (el próximo cuento va a ser un intento de eso).

Tano dijo...

Esta bueno me gusto... = ahi una parte del fiscal que ya si bien argumentaba era para matarlo... que hable en crisitano...
Por otro lado me sorprendió la tematica. No te veia hablando de esto :p

y hay una cosa que me parece no estar deacuerdo con el acusado cuando dice:
"Juzgarme por lo hecho me parece tan absurdo como condenar a un suicida. Teniendo en cuenta que no provoqué (ni pretendí provocar) daño alguno a ningún particular, ni a la sociedad en su conjunto.."
no me parece justo por parte del acusado comparar su acto de amor con un suicidio. Convengamos que un suicidio es un repudio a la propia vida, y no me parece que haya mucho amor en eso como para argumentar, porque si bien no daño a nadie fisicamente y etc, una persona que se suicida causa daño emocionales a otras personas. lo unico que justifica al acusado es que parecería que hablaba mas con las emociones que con la razon.

Pero todo lo demas de parte del acusado me gustó, muy profundo.