sábado, mayo 31, 2008

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Si conociera tu nombre,

sin dudarlo un segundo,

te lo dedicaria”








El transporte público en la ciudad de Buenos Aires complica más de lo que soluciona. Las vidas se ven interceptadas por viejas carrocerías que detienen el paso de cualquier peatón en una simple senda peatonal, retrasan los destinos mas dispares e impiden que las vidas lleguen a cumplir todos sus objetivos. Los colectivos son un caso en especial, por lo menos para mí. Con el tren poco tengo que ver, mas que algunos viajes a La Plata que, por la poca regularidad, van cargados de una fantasía que se mezcla con el aire fresco del campo y el río y me hace olvidar los asientos incómodos, las mas de 2 horas de viajes, el frío o la tristeza. Los taxis no me gustan, los evito. Los siento como cápsulas para encerrararse por 20 minutos y 20 pesos. No encuentro satisfacción alguna en las conversaciones con los taxistas, no me interesa hablar de política, de fútbol, ni hacerle oídos sordos a las historias de los familiares del chofer. Al subte no le tengo fobia, al contrario. La magia de andar bajo tierra como lo haría un topo, la humedad, las puertas, las estaciones vacías y los vagones de madera, pero sin embargo me aburren, no hay paisajes, soles ni felicidades, solo oscuridad. Por todo esto suelo elegir los colectivos que, como enormes orugas, recorren la ciudad por sus mas superficiales entrañas. Los hay de todo tipo, nuevos, viejos, largos, cortos, iluminados, oscuros, cómodos, incómodos, cuidados, rotos, y así podría seguir toda la noche.

Prometen mil recorridos, mil ramales distintos que llevan a diferentes esperanzas, pasando por ricos y pobres, paseándonos por las más diferentes realidades.
Inevitablemente todas las mañanas me acerco a la parada. Para matar el tiempo de demora incorregible de las unidades desarrollé muchos juegos de diversas índoles: Sumo los números de línea, unidad, patente, de algún otro que pase, y si sale par, pago con monedas, si no, con billetes. Lo se, no es entretenido, pero en estos días de junio, que el frío aprieta mas de lo que hacen mis manos para combatirlo, es preferible pensar en otras cosas. También puede ser que intente contar cuantos taxis vacíos pasan por la esquina y que, tranquilamente, a cambio de unos pesos, me llevarían a la facultad en mucho menos tiempo. Otras atracciones de la espera son leer las letras pequeñas de los anuncios publicitarios, analizar a la gente de la cola, y otras más espontáneas que surgen ante el emergente aburrimiento.

Hoy no fue la excepción.

9:06AM. La parada, llena como siempre. La cola superaba el árbol, y se perdía en la esquina, mezclándose con los transeúntes de la avenida. El invierno hoy se presento ante nuestras narices y no alcanzaron las bufandas para tapar angustias y mocos pero, sin embargo, el sol brillaba explosivamente dorado. Suenan dos voces con acento español en mis oídos, o que por lo menos intentan serlo a pesar de su propia globalización. Pasa un colectivo lleno. Las manos duelen, el café no se calentó lo suficiente y mucho menos lo hizo conmigo, la clase seguro ya empezó. Otro colectivo lleno. Cambia el tema, ahora canta el de voz mas refinada, pasa un te con leche por al lado seguido constantemente del mozo receloso que lo persigue. La fila sigue creciendo y el descontento de quienes la integran también, yo ya me olvidé. Frena la unidad 636, capicúa, buena suerte para la clase de hoy, olvidando de que mi boleto termina en 1717.

Me siento a pesar del cartel celeste, embarazadas, ancianos, discapacitados, etc., etc., etc. igualmente me gusta sentirme indultado, llevo muchas cosas, quizás cojee cuando baje, o simplemente, ante las miradas acusadoras, me pare y me agarre firmemente al caño mientras miro las publicidades del techo, para ocultar mi enojo por deber ceder mi asiento.

El Coche no se lleno, todavía queda espacio entre las personas, pero arranco y se aleja de la fila que insulta con rabia al chofer y a toda su ascendencia. Cierro los ojos. Suena una guitarra, un piano y algunas palabras le recuerdan a una mujer que ¨de sobra sabe que es la primera y que por ella daría la vida entera...¨ Mientras, miro alrededor, la gente sentada, la gente parada, la gente, la gente, y ella.

Me miraba, ella me miraba. ¨Porque una casa sin ti es una emboscada¨ y yo no podía, ni siquiera pestañear. Respire. Simulando que miraba algo, cualquier cosa que estaba cerca de ella, moví la cabeza. Pero no, era imposible, mis ojos no mentirían como me lo hacia a mi mismo. Nada, nada que estuviera cerca suyo podía tener importancia, ni el mismísimo Sagrado Corazón de Jesús me importaría, porque, por vida podría volarse por la ventanilla que no dejaría de verla mirándome. El colectivo se detiene en el paso a nivel, el mundo se detiene ante un tren y yo me detenía ante ella, no podía romper la barrera, los dos metros, las tres personas, los mil suspiros que había entre medio, y ¨cena con velitas para dos, siempre es con otra mi amor, nunca contigo¨ ¿Por que?, quiero acercarme pero no me responde cuerpo, y mientras, tiempo se deshizo y tu mirada eliminó a todos. Ya no importaba que pasaba o que no, el sol pintaba el frío, la ciudad sonreía y yo también.







Una trilogia

Tres texos: Este que acá publico,


aca hay otro :..:...::.:.:
:;:;:;:;:;:;:;:;:;:;:;:;;^¨:;:;_¨¨:;::¨;:¨; y aca esta el tercero
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4 comentarios:

Ignacio dijo...

bueno, ahora que lei todos comento:
MUY creativo, aún más que de costumbre. Te llevas el premio a la originalidad! felicitaciones!

Tano dijo...

la verdad qeu muy interesante. Pude hacer la conexione entre los 3 textos. Me gusto mucho.

¿Alguna vez viajaste en tranvía?

Franchi dijo...

GENIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Muy estilo tuyo. Se lo nota laburado, pulido, o por lo menos es muy claro al leerlo. Una narrativa impecable, y una forma copada de exponer todo, algo cortazariana, creo... La verdad que me encantó, y me parece que se justifica y de hecho lo hace más copado el estar escrito en más de un texto, onda trilogía. Es interesante ver que por ahí queda la cuestión medio como abierta (ve a la mina y como que la cosa queda ahí, ¿o se me escapó algo al leer?), por ahí eso le da algo copado que es que se centra mucho en los sentimientos...
¡Ah! me gustó la frase con la que empezás el cuento, me hizo acordar a lo último que subí (era justo la intención detrás de ese cuento) jajaja.
Impecable lo tuyo!

Green Topper dijo...

Cada día mejor, julito, Espero verte pronto en una librería.
gaby.