miércoles, mayo 28, 2008

Irrealidades

Para romper mi silencio prolongado. Tambien yo aclaro, lo acabo de terminar, no lo lei mucho, ergo, es un borrador que tendré que revisar


La hora del crepúsculo. Sin lluvia, sin nubes, pero una tarde lángida. No me esperaban (allí donde me esperaban) sino hasta después de un rato, así que decidí hacer tiempo deambulando por aquella área (familiar y desconocida) que rodea las vías del tren en el que viajaba, a pocos kilómetros de mi ciudad.

Mis primeros pasos me llevaron por las calles principales, llenas de colorido, bullicio y banalidades; ya las había recorrido infinidad de veces y en mi interior las despreciaba. Me interné entonces a través de un cúmulo de callejuelas. Tiempo después habría de lamentar esa decisión nefasta...

Tiempo. Precisamente la primera sensación que me asaltó fue esa, que el tiempo no reinaba sobre aquel lugar.

Miento. Mi primera sensación, mientras contemplaba la belleza arquitectónica, fue la sorpresa. ¿Acaso una zona de tanta alcurnia, donde se codeaba la alta sociedad, podía permitir que la Oscuridad, prepotente Señora, reinase tan imperturbada? No, miento de nuevo. “¡Qué poca luz!”, pensé más bien. Noches más oscuras he visto, sí, pero allí las tinieblas lloraban de soledad y desesperanza.

Como un vulgar turista, caminé distraído, atento a lo que me rodeaba (extraña paradoja). Pronto me di cuenta que objetivamente, esa zona debió haber sido hermosa. Magníficas casas (no con la majestuosidad fría de las suntuosas mansiones, sino con una calidez acogedora), vegetación cuidada, atención al detalle. Por razones que nunca entenderé, mi ánimo no se regocijaba en tales delicias. Espléndidos enrejados, obra de algún herrero con espíritu artístico, se convertían en mi mente en los aterradores barrotes de alguna prisión infernal. Alegres juegos de luces coloridas; trasformados en sombrías proyecciones. Cada uno de esos hogares era un escenario perfecto para alguna desquiciante película de terror.

Insisto, todo aquello mereció haber sido una lograda obra de un gran artista; pero era una obra que nadie admiraba. No encontré un solo ser vivo en todo mi recorrido, deambulaba libre de perturbaciones cual si paseara por un gigantesco mausoleo. Ciudad maldita, la llamé (con gran originalidad) en mi corazón.

Al poco tiempo, me asaltó una sensación de angustia, de frio temor. No era miedo a la muerte, bien sabía que nada había allí que pudiese dañarme. Era algo completamente distinto, que no había conocido en mi vida. Era temor a la vida. En aquel lugar, uno sentía miedo a seguir viviendo. Para aquel entonces, mi mente racional ya no gobernaba sobre mi ser.

Me encontraron, horas después, caminando sin rumbo, contándome a mí mismo historias de lugares maldecidos.

El alivio que sentí al ver la estación fue indescriptible. Huir, huir de aquella tierra maldita. “Blissful oblivion, embrace me”, me escuché decir. Dejé que el suave traqueteo del tren me adormeciera, para así despertar de esa pesadilla.



Este textito pedorro surgió de un improbability drive que hice por Martinez, hace poquito, una de esas veces que no te alcanza el tiempo para volver a tu casa y te sobra para ir directo a donde tengas que ir. Algunas sensaciones al caminar por ese barrio tan lindo de día, tan feo de noche, inspiraron este cuento. Aclaro por las dudas, la única parte autoreferencial es eso de que "caminé sin rumbo, contándome a mí mismo historias de lugares maldecidos", o en otras palabras, un improbability en el que iba pensando este cuentito. Lo demás esta ficcionalizado (obviamente). Facu, el que posteaba en verde era yo, ladrón! jaja vos posteabas en verde azulado.

2 comentarios:

Facu dijo...

primero que nada
el tuyo es verde yuyo, el mio es verde azulado que a veces muta, porque no hay nada que sea igual dos dias seguidos

el texto me gusto, estaba medio colgado cuando lo lei, con la explicacion me gusto. Suelo hacer mucho eso de caminar. Creo que quien se anima a salir, sin rumbo, sin destino, con los sentidos en punta de lanza, intentando captar todo lo posible, logra desarrollar muchas y diferentes aptitudes, tales como la levitacion, la impersensivilidad, la felicidad desmedida y el amor


un abrazo, siga perdiendose por la ciudad

Tano dijo...

Esta bueno. Para mi que te cagaste todo en esa zona :p.
Para lo que vos escribis, conicido en qe le falta una revisión(cara dura lo mio).

un abrazo, si queres te regalo un Guia"T".