viernes, febrero 22, 2008

El péndulo

Lo que es el oscilar
el tocar el cielo con los dedos
para luego acabar
golpeado el rostro contra el suelo

Cuántas veces verse inmerso
en un dulce y puro sueño
viéndome acto seguido
revolcándome despierto

Lo que es el oscilar
como el péndulo que oscila
y en su oscilar destila
brillos de un fulgor incierto

Es en torno a un mismo centro
por la fuerza que me mueve
tan centrípeta y poco inerte
hacia la que está aquí dentro

Lo que es el oscilar
en forma siempre cambiante
entre cimas tan gloriosas
y abismos sin levante

Lo que es el oscilar,
y es quizá parte de la vida
y es quizá en la medida
en que al oscilar entremos
que por fin descubriremos
esa palabra tan sabrosa
de misterio, de renombre
de penumbras y de luces
de potencia insuperable

Quizá es parte e implicancia
del amar el sentir esto
oscilar como aquel péndulo
en reflujo de sus distancias

En el ápice, plenitud
simbiótica con aquella angustia
que a veces nos domina
pero no quita la certeza
de caminar con el Amigo
que en sus brazos nos refuerza

Es tan rara realidad
la que hoy aquí espera
es tamaña ambigüedad
que yo sé vale la pena.

Pendulear alrededor suyo... la fuerza de Él, siento, me impulsa a hacerlo. Giro infinito, largo y a veces tedioso, pero también fascinante, en el lento acercarse al centro, a ella. Giro cuyo radio irá disminuyendo en la medida que disminuyamos el paso. Penduleo que al adquirir debilidad y cuidado se acerca al centro de su giro.
Penduleo que hoy sigue.

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