jueves, octubre 23, 2008

Fisher

¿Quién te trajo acá, para que canturrees despreocupada bajo mis pies? Me grita el bocho que Leonardo, pero no deja de susurrarme con ternura el alma que fueron ellos dos, raíces de raíz, abuelos de acá y siempre. Ironía poética, de seguro; porque fue la mente de Leonardo la que te rescató del caos de lo no inventado y el corazón de mis abuelos el que nos permitió correr juntos.
Me siento al pie del sauce, te miro y escribo. Sonrío y escribo. Aún siento el viento en la cara, aunque todo este quieto alrededor. Aún las piernas en quieto movimiento.
Voy inquieto a la vera del camino y añoro el momento en que nuevamente descanse sobre tu espalda, moviéndose nuestras piernas y brazos entrelazados en un abrazo distante y sereno. Mano a mano nuestras manos, frías las tuyas hasta que las mías las calienten, duros tus pies hasta que los muevan los míos, confundidos en el susurro de la brisa que nosotros generamos al chocarnos con la nada, disfrutando el momento, saboreando el siempre, interrumpido cada tanto por tus suaves chasquidos.
¿Te lo dije, no? Vuelo, con vos vuelo, vuelo de una forma en que sin vos no podría volar, y sé que a vos te pasa lo mismo, que sola volar no podrías. Y al volar con vos vuela un poco también mi alma, revolotea y se acerca un poco más a su Fuente, y ya de la mano del CAPITÁN vuelven los pies a la tierra-más bien a unos centímetros de ella- y esperan el paso de las fieras de acero para poder reanudar nuestra marcha. Me da escalofríos el pensar en dejarte y verme devorado por una de ellas…
Pero no, no, eso no va a suceder. Crezco con vos, a la par de tu desgaste, pero sé que no me lo reprochás, porque así como me das alas, te doy yo mente, y eso permite el nado por este mar de verde y ruta… dejarte yo, nunca… ¡y que se atrevan a intentar arrancarte de mis brazos! Dos veces lo han intentado, y sin agresión de nuestra parte han debido rendirse. Es más fuerte nuestro vuelo, es más fuerte, más que la rabia y el enojo, más…
Oigo a alguien correr detrás nuestro… se acercan los pasos… qué dicha esto, vos y yo juntos… qu-

-¡Eh! ¡¡¡Pará!!!
Demasiado tarde. Cara había resultado su hora de ensueño. Descanso y poesía se confundían ahora con lo terrible de la pérdida.

¿Quién te arrebató de acá, para que se pierdan tus gritos desesperados a lo lejos? ¿Con qué cara presentarme a Leonardo ahora, con cuál a los nonos?
No lo puedo creer… robarte a vos, tan inofensiva…

Y ahí se va el otro, pedaleando furiosamente sobre su nueva adquisición.



Es un borrador, y creo que me gustaría darle más de una revisada... pero por lo menos en bruto quería compartírselos. Por ahí todavía es medio confuso. Ante la duda:
-"Fisher" en google.
-"Inventos de Leonardo", ídem.
Si algunos de los resultados se conectan, algo habrán encontrado...

3 comentarios:

Ignacio dijo...

putos, ya era complicado elogiar dos posteos del mismo dia y ahora me pones en la dificil tarea de elogiar un tercero!
este es parte de esa serie de la que me habias hablado, no? bue, me gusto mucho
(y no necesite las busquedas para entenderlo :P)

Facu dijo...

para no pasar por lo mismo que ignacio, este lo leo mañana

Facu dijo...

yo no lo entendi.