El círculo cósmico vomitó un no-planeta, un cuerpo imposible. Debía estar hecho de anti-materia, creado por alguna anti-energía misteriosa.
El círculo le franqueó el paso. Su objetivo estaba en ese no-planeta, en esa esfera de un perfecto negro resplandeciente y cautivador. Allí debía cumplir su misión. Se dirigió raudo a su superficie, atravesando espesas capas de enfurecidas nubes negras. Aterrizó en la cima de una colina, negra. Todo, todo en ese lugar era de ese color, hasta la misma luz.
Al aterrizar, se dio cuenta de que había olvidado su misión. La convicción de que algo debía ser cumplido en aquel mundo no lo abandonaba, pero no podía recordar la naturaleza de ese “algo”.
Sin excesivas preocupaciones, contempló en una rápida mirada el paisaje que lo rodeaba. Ese sitio era de una perturbadora belleza, de una inquietante preciosidad. Desagradablemente fascinante. ¡Pero si hasta daba ganas de vomitar de lo hermoso que era!
El terreno era irregular, signado por elevaciones y abruptos precipicios. Cerca de su punto de observación, un gigantesco cañón. Aprisionado por las inmensas murallas de roca, corría un río de un líquido misterioso, más oscuro que el petróleo.
Se dispuso a zanjar el inconmensurable cañón, y atravesar…
2 comentarios:
JAJAJAJA.... si si, lo entendi. Esta bueno, y bien pensado, y al gran estilo tuyo tuve que llegar a la final para entenderlo. Muy bueno.
Yo no lo entendí hasta que me lo explicaron. Pero pasa que lo leí medio por encima.
TANO POSTEÁ.
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